VIH - Virus de Inmunodeficiencia Humana
El VIH, Virus de Inmunodeficiencia Humana, es un virus que ataca el sistema inmunológico del cuerpo humano, específicamente a los linfocitos T CD4, debilitando la capacidad del organismo para combatir infecciones y enfermedades. Una vez que el VIH debilita el sistema inmunológico lo suficiente, la persona puede desarrollar el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). El VIH se transmite principalmente a través de relaciones sexuales sin protección, compartir agujas contaminadas, de madre a hijo durante el embarazo, parto o lactancia, y a través de transfusiones de sangre contaminada. Es importante el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado para controlar la infección por VIH y prevenir la progresión al SIDA.
Signos y síntomas
La enfermedad se transmite con mayor facilidad durante los primeros meses después de la infección, sin embargo, muchas personas no son conscientes de su estado infectado hasta etapas más avanzadas.
Primeras semanas posteriores al contagio
En las primeras semanas posteriores al contagio, algunos casos no manifiestan ningún síntoma, mientras que otros presentan un síndrome gripal con:
- Fiebre.
- Dolor de cabeza.
- Erupción cutánea
- Dolor de garganta.
La infección debilita progresivamente el sistema inmunitario
A medida que la infección debilita progresivamente el sistema inmunitario, pueden aparecer otros signos y síntomas:
- Inflamación de los ganglios linfáticos,
- Pérdida de peso
- Fiebre
- Diarrea
- Tos.
En ausencia de tratamiento
En ausencia de tratamiento pueden aparecer enfermedades graves:
- Tuberculosis.
- Meningitis por criptococos
- Infecciones bacterianas graves.
- Cánceres como los linfomas o el sarcoma de Kaposi.
Transmisión
El VIH se transmite a través del intercambio de fluidos corporales de la persona infectada, como la sangre, la leche materna, el semen o las secreciones vaginales. Además, puede transmitirse al bebé durante el embarazo y el parto. Es importante destacar que el VIH no se contagia mediante gestos comunes como besos, abrazos o apretones de manos, ni por compartir objetos personales, agua o alimentos.
Es fundamental mencionar que las personas con VIH que reciben tratamiento antirretroviral (TAR) y tienen una carga viral indetectable no transmiten el virus a sus parejas sexuales. Por lo tanto, el acceso temprano al TAR y el apoyo para mantener el tratamiento son cruciales no solo para mejorar la salud de los pacientes, sino también para prevenir la transmisión del virus.
Factores de riesgo
Tener relaciones sexuales sin preservativo
La transmisión del VIH puede ocurrir durante las relaciones sexuales anales o vaginales sin el uso de preservativo, ya que el virus puede encontrarse en fluidos corporales como semen, secreciones vaginales o sangre.
Padecer otras infecciones de transmisión sexual (ITS)
Las personas que tienen otras infecciones de transmisión sexual como sífilis, herpes, clamidiasis, gonorrea o vaginosis bacteriana tienen un mayor riesgo de contraer el VIH, ya que estas infecciones pueden facilitar la transmisión del virus.
Consumo nocivo de bebidas alcohólicas o drogas en el contexto sexual
El consumo excesivo de alcohol o drogas puede disminuir los inhibidores naturales y la percepción de riesgo, lo que aumenta la probabilidad de tener relaciones sexuales sin protección y, por lo tanto, aumenta el riesgo de contraer el VIH.
Compartir material de inyección contaminado
Compartir agujas, jeringuillas u otro material de inyección que esté contaminado con sangre infectada con VIH aumenta significativamente el riesgo de transmisión del virus.
Recepción de inyecciones, transfusiones o trasplantes sin garantías de seguridad
Si se reciben inyecciones, transfusiones sanguíneas o trasplantes de tejidos sin los protocolos de seguridad adecuados, existe un riesgo de exposición al VIH si los materiales o productos biológicos están contaminados.
Exposición a cortes o pinchazos con instrumental no esterilizado
Las personas que están expuestas a procedimientos médicos que implican cortes o perforaciones con instrumentos no esterilizados, como el personal de salud, corren el riesgo de infectarse con VIH si el instrumental está contaminado con sangre de una persona infectada.